La creciente demanda de fórmulas cosméticas naturales y orgánicas ha provocado un crecimiento significativo de este tipo de productos. Se les pide a las marcas y fabricantes que elaboren fórmulas cosméticas más naturales. Estándares orgánicos, natural, ingredientes orgánicos, índice natural, etc. Todos estos términos y etiquetas pueden resultar confusos.
 

Natural, orgánico y otros: definiciones

En medio de la jungla de cosméticos "verdes", parece útil conocer algunas definiciones que nos ayuden a comprender mejor a qué nos referimos. Un ingrediente natural proviene de un origen botánico, animal o mineral. Puede obtenerse mediante un proceso físico (por ejemplo, extracción como la destilación para los aceites esenciales), pero no mediante un proceso químico que cambie la estructura de la molécula. Este último caso se refiere a un ingrediente de origen natural. Más del 50% de la molécula tiene que ser natural para que se le pueda llamar ingrediente de origen natural. Un ingrediente orgánico debe haber sido cultivado (o criado si es de origen animal) siguiendo los principios de la agricultura orgánica. Un ingrediente orgánico siempre es natural, pero no al revés. Además, el agua y los ingredientes minerales no se consideran orgánicos (pero son naturales). Un ingrediente de origen orgánico ha sido modificado por los mismos procesos que un ingrediente de origen natural, a partir de un ingrediente orgánico. En Francia, un producto cosmético puede afirmar ser natural o de origen natural si contiene al menos el 95% de ingredientes naturales o ingredientes de origen natural respectivamente, según la ARPP (la autoridad francesa competente en materia de publicidad). Este porcentaje se calcula con el índice natural o el índice de origen natural de los ingredientes, ajustado a su concentración en el producto terminado. Una ARPP también establece que los productos cosméticos pueden afirmar que son orgánicos si están certificados por un organismo acreditado, si contienen ingredientes 100% orgánicos o si se crean siguiendo una especificación de requisitos tan estricta como los requisitos para los organismos acreditados. El cálculo del porcentaje de ingredientes de origen natural no estaba regulado, lo que generó inconsistencias. Por eso, se publicó una norma ISO dedicada a la cuestión de los cosméticos naturales y orgánicos.

La norma ISO 16 128: un marco internacional

Empresas industriales, académicos y organizaciones no gubernamentales trabajaron para elaborar una norma ISO para la acreditación de cosméticos naturales y orgánicos, la norma ISO 16128 "Directrices sobre definiciones técnicas y criterios para ingredientes cosméticos naturales y orgánicos". La primera parte, publicada en 2016, introduce la definición de las cuatro categorías de ingredientes, como se describió anteriormente. La segunda parte, publicada en 2017, describe el cálculo de los índices asociados a las categorías de ingredientes (Imagen). Es responsabilidad de los proveedores de materias primas calcular el contenido de ingredientes naturales, de origen natural, orgánicos o orgánicos de los productos terminados. Un buen software de formulación, un campo con toda la información necesaria, proporciona el cálculo en tiempo real durante el desarrollo del producto y es una gran herramienta para la optimización de la formulación.

Los índices de ingredientes según la norma ISO 16128
 
ISO 16128 natural organic product development cosmetics
La norma ISO 16128 no es de obligado cumplimiento. Antes de su publicación, los proveedores tenían libertad para utilizar su propio método de cálculo de índices, y era bastante complicado calcular el índice del producto final. Cabe señalar que el cumplimiento de esta norma no es obligatorio, pero puede servir de base técnica para las autoridades competentes (por ejemplo, este es el caso de Francia). También puede servir de base para que la Comisión Europea trabaje en el futuro en torno a los cosméticos naturales u orgánicos. La norma ISO 16128 no está hecha para prohibir ingredientes en un producto cosmético natural ni para enmarcar las afirmaciones asociadas. Estos requisitos dependen más bien de las etiquetas y las certificaciones.

Productos orgánicos y naturales: etiquetas y certificaciones para cosméticos

Como los cosméticos orgánicos no están regulados, existen varias etiquetas en Europa, cada una con su propio estándar. A diferencia de las más famosas en Europa, Cosmos y Nature, algunas marcas blancas no necesitan una certificación de una organización acreditada. Cosmos es un estándar creado conjuntamente por Cosmebio, Ecocert, BDIH, ICEA y Soil Association con el fin de crear un estándar europeo armonizado. Las etiquetas Cosmos deben cumplir con los estándares Cosmos y estar certificadas. El estándar Cosmos autoriza o prohíbe los ingredientes, establece porcentajes mínimos naturales/orgánicos y define las afirmaciones que puede hacer un producto o la forma del envase que puede mostrar. Además del estándar, El sitio web de Cosmos contiene documentación útil para los fabricantes. Establece cinco categorías de ingredientes, que son esenciales para el cálculo de Cosmos. Para que un producto sea certificado Cosmos orgánico, al menos el 20 % de sus ingredientes debe ser orgánico (excepto algunos productos que tenían al menos el 10 %). También está disponible una etiqueta Cosmos natural para productos que no cumplan con el porcentaje mínimo requerido. Los ingredientes también pueden etiquetarse como certificados Cosmos o aprobados Cosmos.
El caso de los conservantes

Aunque los conservantes son necesarios en los cosméticos, siguen siendo controvertidos, y los productos naturales y ecológicos no son una excepción. En los cosméticos naturales no certificados, se puede utilizar cualquier conservante permitido por el Reglamento (CE) n.º 1223/2009, pero no en los cosméticos certificados. En los cosméticos ecológicos, solo se autorizan cinco sustancias y sus derivados (sales): ácido sórbico, ácido benzoico, ácido deshidroacético, ácido salicílico y ácido bencílico. Es idéntico a la naturaleza: los conservantes son idénticos a las sustancias que se encuentran en la naturaleza (como el ácido sórbico, que está presente en las bayas inmaduras del serbal), pero se sintetizan para aumentar el rendimiento. Aunque no es realmente un conservante natural, es lo más parecido que se puede conseguir.
Para poder llevar la etiqueta Cosmos, el producto debe estar certificado por un organismo acreditado: por ejemplo, Bureau Veritas, Ecocert o Cosmecert en Francia. Esta certificación garantiza que no solo el producto, sino también el etiquetado, la comunicación, el embalaje y los aspectos medioambientales del ciclo de vida cumplen la norma. Los cambios deben discutirse con el organismo de certificación y se exige una auditoría anual. Otras etiquetas, como Nature o Cosmébio, pueden ir más allá de la norma Cosmos.

Conclusión

El creciente mercado de los cosméticos orgánicos y naturales puede resultar a veces confuso para los consumidores. La publicación de la norma ISO y los requisitos de certificación pueden ayudarles a elegir. Sin embargo, parece que hay margen de mejora: durante su campaña de control de 2019, el 40 por ciento de las deficiencias detectadas por la DGCCRF se referían a declaraciones de naturalidad y bio. Las inspecciones sobre este tema continuarán en 2020, lo que demuestra que se está siguiendo de cerca este tema.